Desde el bochornoso espectáculo de la manipulación de los atentados del 11-M de 2004 por el gobierno de Aznar, la deriva del PP hacia el extremismo conservador ha sido una constante, tanto en la oposición como en los gobiernos de Mariano Rajoy, con sus recortes en derechos y libertades. Hoy se completa ese viaje de retorno a sus orígenes autoritarios con la elección como presidente del PP de Pablo Casado, el agresivo retoño de la extrema derecha española.
Va a ser interesante ver la disputa por el voto más reaccionario y nacional-católico entre el discurso neo-joseantoniano de Ciudadanos y la nueva camada de extremistas al frente del PP. No sería de extrañar que Rivera tenga que buscar el regreso al centro, porque el furibundo PP que se avecina va a achicarle espacio electoral. Los tiempos vienen marcados por el sello ultra del emperador americano, y la extrema derecha es hoy un peligro real para la democracia en Europa.