Valora este artículo
(2 votos)

La arrogancia puede ser letal y la llegada del ébola a España lo prueba. Desde 1976, las multimillonarias industrias farmacéuticas han desdeñado como sujeto de investigación profunda a este virus cuyas tasas de mortandad son elevadísimas. Era un virus circunscrito a África y a poblaciones de extrema pobreza. No era buen negocio. Hoy sabemos que el negocio ruinoso ha sido ignorarlo, porque la Naturaleza no entiende de fronteras.

A esa primera arrogancia de considerar al opulento Occidente a salvo de un “virus de pobres” se ha unido, en España y en un cóctel explosivo, la arrogancia del gobierno del PP, que ha hecho de su mayoría absoluta patente de corso para recortar la sanidad pública, y la profunda incompetencia de una clase dirigente que navega entre la corrupción y la estulticia. Sólo eso explica la inmensa chapuza del traslado de enfermos en condiciones que, como se ha demostrado, ponen en riesgo a la población.

Valora este artículo
(2 votos)

Que el presidente del gobierno de España haya dicho, al retirar la propuesta de ley del aborto impulsada por los sectores antiabortistas de la derecha, que es “lo más sensato”, es una buena noticia para la democracia española. El aborto es un problema de salud pública, no un delito, y requiere respeto y apoyo a las mujeres, no políticas que las empujen hacia el aborto clandestino.

El discurso ultra-católico se ha estrellado contra la realidad del país, que no está para intolerancias clericales. La presión social ha probado que la participación activa de los ciudadanos puede hacer renacer una democracia moribunda. Y el que la cordura se haya impuesto en el PP, sea por cálculo electoral o por convicción, devuelve el protagonismo a sus sectores liberales tras años de fanatismo conservador. La guinda de la jugada es la dimisión del ministro Gallardón a quien Rajoy ha dejado ahorcarse políticamente con su propia cuerda.

*Link a la noticia de la retirada de la ley y la dimisión del ministro de Justicia: http://www.eldiario.es/sociedad/ministro-Alberto-Ruiz-Gallardon-comparece-retirada_0_306220059.html

Valora este artículo
(3 votos)

El diputado de Izquierda Unida Alberto Garzón ha planteado una hipótesis tan inquietante como posible: que el PP lleve años falseando su número real de militantes para poder blanquear dinero recibido ilícitamente, haciéndolo pasar como pago de cuotas de militancia. Obviamente, la acusación de un dirigente de un partido rival no puede darse por buena sin más.

Sin embargo, los datos estadísticos que Garzón ofrece, extraídos de la declaración oficial de militantes del PP y de un estudio sociológico independiente de profesores de la City University of London, que muestra una disparidad total en el porcentaje de personas que se declaran militantes del PP, hacen que su denuncia deba ser tomada en serio y verificada. Un partido cuyos niveles de corrupción han llegado a los extremos conocidos, y que ha mostrado claramente que no tiene empacho en mentir para conseguir sus objetivos, está inevitablemente bajo sospecha.

*Link al artículo de Alberto Garzón sobre el posible falseamiento del número de militantes del PP: http://www.eldiario.es/zonacritica/socios-PP_6_296830323.html