Pocos delitos repugnan más a una conciencia democrática que la tortura. Por ello, la razón para no investigar a fondo cuando se denuncia su uso no puede ser otra que proteger a los torturadores. Mientras el gobierno español reclama garantías legales en Venezuela, el Tribunal de Estrasburgo ha condenado de nuevo a España (la sexta vez en seis años) por no haber investigado suficientemente un caso de torturas: el de Xabier Beortegui, quien en 2011 denunció haber sido sometido a sesiones de asfixia con una bolsa de plástico por agentes de la guardia civil, que le golpearon también en la cabeza, testículos y costillas.
Beortegui fue detenido en una operación contra el aparato político de ETA. El mayor triunfo del terrorismo es lograr que el Estado sustituya las prácticas democráticas por otras autoritarias. Y mientras casos como este no se investiguen realmente, sólo se puede sacar una conclusión: en España se tortura.
*Link a la noticia de la condena del Tribunal de Estrasburgo: http://www.eldiario.es/norte/euskadi/Tribunal-Estrasburgo-condena-Espana-torturas-investigacion-ETA_0_521797874.html