La matanza de periodistas del semanario satírico francés Charlie Hebdo (amenazados antes por la publicación de caricaturas de Mahoma), perpetrada hoy presuntamente por fundamentalistas islámicos, vuelve a demostrar que cualquier religión, llevada a ciertos extremos, más que el opio del pueblo es la peste de la Humanidad.
Ahora saldrán a vociferar los profesionales del odio con sus discursos islamofóbicos, pero el problema no es el Islam, como tampoco lo fueron en su día el Catolicismo o el Protestantismo (cuando campaba la Inquisición o se quemaban brujas en Europa). El problema es el fanatismo. El fanatismo de quienes matan en nombre de una religión. Y el fanatismo nunca se combate de verdad alimentando fanatismos de sentido contrario. Lo que hace falta es justicia y eficacia policial. Porque matar es fácil, pero apagar el fuego del odio requiere de un esfuerzo permanente, de mucho tesón y de mucha prudencia.
*Link a la noticia de la matanza de periodistas: http://www.eldiario.es/politica/periodico-satirico-Charlie-Hebdo-victimas_0_343315865.html