La derecha española parece olvidar que la palabra Parlamento viene de “parlar”, de origen latino, que significa hablar, y que de Parlamento se deriva la palabra “parlamentar”, cuyo significado es hablar o conversar. Es decir, por origen y por destino, la misión del Parlamento no es otra que la de permitir la conversación, la confrontación de ideas, sustituyendo el conflicto violento por el pacífico uso de la palabra. La base misma de una coexistencia civilizada.
Por eso impedir a la oposición expresar sus ideas, aun cuando estas resulten incómodas o desagradables, so pretexto de las “buenas maneras parlamentarias” o utilizando la mayoría absoluta parlamentaria para negar incluso el debate de propuestas, como hace el PP en el Parlamento español, es más que la expresión de una mentalidad autoritaria y la aberrante imposición de un Parlamento amordazado, es un atentado directo a la coexistencia de los españoles.