Cuando no se busca no se ve. Esa es la forma más eficaz de ceguera. Una ceguera blanca en la que cada cual adivina la luz que le conviene. La policía alemana ha desmantelado un grupo terrorista neo-nazi que había cometido, por los menos, diez asesinatos durante los últimos trece años. Por lo menos. Un tiempo de impunidad desmesurado en un país abanderado de la eficiencia y de la eficacia antiterrorista en particular.
Del otro lado del atlántico, llega la noticia de que muchos de los candidatos republicanos a las próximas elecciones en Estados Unidos defienden el uso del waterboarding, el ahogamiento con agua durante los interrogatorios. Es obvio que la policía alemana no supo ver a terroristas en los enemigos de los emigrantes turcos, como es obvio que los candidatos republicanos no saben ver tortura en esa agua que asfixia a los presuntos terroristas islámicos interrogados. El ojo ve lo que le dejan ver los prejuicios.