El pasado mes de marzo, los presidentes Zapatero y Cameron, al pedir el apoyo de sus respectivos parlamentos a la intervención de la OTAN en Libia, afirmaban que “el objetivo no es derrocar a Gadafi” sino proteger a la población civil. Lo mismo que decía Obama. En abril, Cameron, Obama y Sarkozy decían que seguirían en Libia “hasta que Gadafi abandone” (¿se referían al poder o a este mundo?). Después, Cameron y Sarkozy propugnaba “arrestar y juzgar a Gadafi” (¿pero el hecho de arrestarle no sería ya un derrocamiento?).
Visto que la OTAN no se ha bombardeado a sí misma para proteger a la población civil de Sirte de sus propios bombardeos, visto que ha seguido atacando a los gadafistas cuando estaban acorralados y que, al final, Gadafi ha sido asesinado, se puede concluir que el objetivo de la OTAN era precisamente derrocar a Gadafi. Una prueba más de que los líderes mundiales tratan a sus ciudadanos como si fueran imbéciles.